No me dejes caer...

Ese era otro de esos aburridos días, encerrada en aquella antigua y lúgubre mansión. No tenía a dónde ir y definitivamente no estaba de ánimos para levantarse de su cama... había estado así toda la mañana y lo más probable era que pasara el resto de la tarde ahí encerrada...
Eran ya tres días que estaba sin salir de ahí y sin probar bocado... si no fuera por las particularidades de su raza probablemente estaría desmayada o quizá algo peor... pero ella sólo se sentía algo cansada.

El sol ya empezaba a ponerse, y llenaba la habitación de la joven con una tenue luz rojiza...
"El sol se está poniendo, la ciudad está durmiendo... estamos al acecho, esperándote en tu lecho..." comenzó a canturrear la joven, pero se dio cuenta de que no recordaba esa canción...
"Oh vamos... cómo es posible... Vergil me enseñó esa canción cuando teníamos... 4 años?" poco a poco sintió cómo las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas... "tantas mentiras sobre nosotros... nunca fuimos capaces de conocer la verdad" murmuró al tiempo que una escena regresaba a su mente...
***
Un atardecer en los jardines posteriores de la escuela, que no era sino un pequeño bosque... muchos jóvenes se encontraban sonriendo y conversando; varios de ellos dejaban salir sus alas en los profundo del bosque, para dar un paseo... La única que permanecía sentada en una roca era ella.
"Un paseo, Liebermann?" Un muchacho se le acercó y la miró con cierta lástima.
"No, gracias, Zimmerman... a diferencia tuya me gusta tener los pies sobre la tierra" respondió ella con cierta molestia... y es que a sus 15 años ella podría ser la única de su especie que no sabía volar... desde la muerte de su madre, su padre se dedicó a alejarla de cualquier cosa que pudiera ser "peligrosa" y volar era una de esas cosas... siempre pensó que no tendría más ciencia que mover las alas, pero simplemente no podía... ni usando fórmulas físicas, matemáticas o la simple lógica... no podía elevarse más de un metro del piso :(
De pronto alguien tomó su mano: "sigueme!"
"Vergil, qué intentas..." la muchacha no terminó la frase, porque inmediatamente el joven la cogió de la cintura, desplegó las alas y se elevó varios metros.
Linna estaba entusiasmada, nunca había sentido el aire en su rostro ni había estado a semejante distancia del suelo...
"Bien, saca tus alas" dijo Vergil con seriedad
"Vergil... yo no..." murmuró la joven con temor
"Pues es tiempo de que aprendas" dijo el muchacho al tiempo que soltaba la cintura de la joven.
Por instinto ella sacó sus alas, pero no sabía qué hacer con ellas. Ella gritó y él la cogió en el aire.
"Ver..." intentó gritar ella... él puso sus dedos sobre la boca de la joven...
"Creiste que iba a dejar que te lastimaras??? que tonta eres... nunca te dejaré caer... es una promesa"
La joven bajó la mirada y se sonrojó un poco. "Presta atención Linna... abre tus alas y simplemente haz como yo... vamos"
La muchacha miró el movimiento de las alas del joven... ambos se tomaron de la mano e intentaron volar lado al lado... los primeros 10 minutos fueron agotadores para el joven, ya que Linna lo hacía bien por momentos, pero luego se perdía y simplemente quedaba colgando de la mano del joven...
Luego simplemente ella soltó su mano y giró en sentido contrario... él fue detrás de ella, asustado... "Oye estás bien?" La muchacha lo miró y sonrió: "Por supuesto... gracias maestro... espero que mantengas la promesa"
***
Ella salió corriendo de su habitación rumbo a la ventana más alta de la mansión... "No pierdo nada" se dijo "Después de todo, se suponía que éramos inmortales... y ahora ya no estás aquí" murmuró... Lentamente extendió los brazos y con la luna llena como único testigo se dejó caer... "Ahora te toca cumplir con tu promesa"

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Bueno, otra escenita de Rebeldía Crepuscular.... no sé si irá, pero me gustó... aparte... la imagen es hermosa!!!! :D